Los mentones femeninos tienen diferencias en forma y tamaño con los masculinos. Suelen ser más pequeños, tanto en ancho como en alto. También tienden a ser redondeados o a verse como una terminación en punta de la cara, mientras que los masculinos suelen ser mís “cuadrados”. En algunos casos los mentones masculinos están divididos al medio por un surco vertical al nivel de la piel, lo cual ocurre más raramente en los mentones femeninos.
Afortunadamente el mentón es una zona que permite ser modificada en todas sus dimensiones: alto, ancho y proyección. Según las características de cada paciente, el cirujano evaluará la conveniencia de realizar alguno de los siguientes procedimientos o combinar más de uno de ellos:
a) Colocación de un implante sólido:
Esta técnica se utiliza cuando lo único que hace falta es darle más proyección al mentón. Los implantes pueden ser de silicona o de polietileno poroso (Medpor)
b) Limado o recortado del hueso:
Esta técnica se aplica cuando el mentón necesita un cambio pequeño de forma y tamaño.
c) Mentoplastia deslizante:
En este procedimiento se le hace un corte al hueso de la barbilla que permite separar su parte inferior como si fuera una herradura. Esta “herradura de hueso” vuelve a fijarse mediante una miniplaca de titanio, pero no en la posición original sino un poco más adelante o más atrás, como para aumentar o reducir la proyección de la punta del mentón. Al mismo tiempo, si se rebaja el espesor de esta herradura antes de volver a fijarla, puede lograrse una importante reducción en la altura final del mentón. Las cirugías del mentón suelen combinarse con la Feminización de la Mandíbula para lograr una continuidad armoniosa entre estas dos partes de la cara que están tan asociadas entre sí. En caso de que exteriormente el mentón se vea dividido por el típico surco vertical masculino, puede realizarse una Z plastia, que es una intervención superficial a nivel de la piel, o rellenar el surco con un producto inyectable o un mínimo implante de silicona sólida.
Cuando salgas del quirófano tendrás una mentonera elástica o un vendaje de compresión cubriendo la parte inferior de tu cara. Probablemente te será quitado un día más tarde. Si deseas maquillarte podrás hacerlo el día después de la cirugía. Durante los primeros uno o dos días deberás seguir una dieta líquida y luego pasarás a una dieta blanda. Es muy importante que cuides la higiene de las heridas en tus encías inferiores hasta que cierren: para evitar la proliferación de bacterias dentro de la boca, no ingieras productos lácteos. Tampoco comas vegetales crudos o carne que no esté muy bien cocida. Enjuagar tu boca con un líquido antiséptico te ayudará. Si no te importa ser vista con la cara hinchada, podrás retornar a tus acitividades sociales una semana después de la cirugía. Pero deberás esperar hasta la segunda o tercera semana antes de hacer ningún trabajo pesado o ejercicio físico. Dormir con la cabeza elevada durante los primeros días puede favorecer el proceso de recuperación. Aplicar hielo también te ayudará mucho.
Durante el período de recuperación algunas personas pueden padecer depresiones. Esto es normal después de toda cirugía, por mínima que sea. Puedes llegar a pensar, incluso, que cometiste un gran error al haberte operado. No te preocupes. La mayoría de las personas que hoy están felices y muy satisfechas con sus resultados pasaron por esa depresión.
En manos de un cirujano calificado, es poco probable que una feminización de mandíbula presente complicaciones. Sin embargo todo procedimiento quirúrgico, por mínimo que sea, presenta riesgos, y debemos pensar en ellos como una posibilidad.